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Una expres! Vang Vien - Vientiane - Tham Lot Kong Lo

Laos – Vang Vien - Vientiane - Tham Lot Kong Lo

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Quiero ponerme al día y hoy va a tocar una expres en modo telegráfico. Sere capaz?

A la vuelta del reposo de Muang Noi tocaba volver a la carretera en dirección sur, camino de la capital. Para partir el viaje hice –con ciertos reparos- una parada intermedia Vang Vieng. Había leído que era una meca de mochileros con todo lo que eso conlleva y es cierto y mas que cierto. Las cosas aquí han alcanzado tintes extremos. Se han inventado un tipo de restaurante, los TV-restaurant, donde ponen pelis y series mientras comes. Según la guía en la calle principal de Vag Vieng podías ver un episodio de Friends mientras escuchas otros 5 de los restaurantes adyacentes. Pensé que seria la típica exageración, pero es cierto. Lo peor e que están llenos de guiris embobados! Un horror. Otras particularidades locales son los restaurantes que directamente incluyen opio y marihuana en los menús para que no tengas que andar buscando camellos. Todo muy practico. La actividad turística por antonomasia aquí no es el treking, sino el tubbing, que podría definirse como hacer excursiones etílicas flotando por el río en una recamara de camión.
Obviamente semejante monstruo no se crea porque si. El lugar, junto a un río, rodeado de paisaje cárstico impresionante, cuevas, arrozales, pueblos, tiene mucho encanto. El día que estuve allí salio el sol y me lo pase teta en bici por los campos y bañándome junto a una cueva “sagrada”. A los pies de la cueva –que tiene esculturas de buda dentro- han montado un chiringuito con música techno y trampolines para saltar al río desde los árboles….No es muy purista pero es divertido.
De Vang Vieng llegue a Vientiane. Por fin una ciudad! No es gran cosa pero hay semáforos! tiendas de deportes! Trafico!…en España no pasaría de capital de provincia pequeña pero aquí es algo grande. Vientiane no tiene ni de lejos el encanto colonial de Luang Prabang pero es más creíble como ciudad. También le queda su parte de edificios viejos y no es agobiante. El paseo fluvial con chiringuitos de pinchitos es perfecto para acabar el día con una Beer Lao bien fresquita. También hay restaurantes de todo tipo que vienen bien para quitarse la sobredosis de tallarines y arroces. Me quede unos días mientras me hacían el visado de Vietnam y seguí hacia el sur a la Tham Lot Kong Lo. Una cueva alucinante.
Llegar al sitio fue una gymkhana importante. 4 autobuses en un día para llegar al “campamento base". Desde ahí todavía toco hacer un par de remolques de camión, una buena dosis de regateo con los barqueros y 3 horas de canoa motorizada para llegar al pueblo junto a la cueva. El ataque final llego en el tercer día. El rió -bastante grande y además crecido- que habíamos estado remontando durante todo el segundo día atraviesa una montaña de lado a lado a través de una cueva navegable de 7 km. No he visto nada ni remotamente parecido antes. Todos los esfuerzos para llegar allí los compensó con creces las dos horas que nos llevo hacer los 7 kilómetros dentro de la montana ida y vuelta.
Antes de empezar, los lugareños que se encargaban de pilotar tuvieron que remontar con cuerdas y a mano las canoas y los motores a través de los rápidos que se habían formado en el embudo de la salida de la cueva. Con la crecida no era posible entrar navegando. Recompusieron los barcos en la boca de la cueva y partimos. La entrada de la gruta era ya considerablemente grande pero enseguida vimos que aquello no era nada. En los puntos mas anchos la cueva mide 150 metros y en los mas altos mas de 50. Cabria una iglesia y dos también. Tú vas en tu barquichuela, a contra corriente, con los focos que llevan los pilotos en la frente como única luz…. entonces enfocan para un lado o para arriba y ves que estabas en medio de una catedral de roca, una especie de intestino de ballena de Jonás gigante, cada vez mas dentro de la montaña, ninguna luz, solo el ruido del motor, chorros de agua filtrada cayendo del techo, estalagmitas, estrechamientos donde ves el techo pulido de cerca, árboles que se han quedado atrancados en medio del camino. Un mundo subterráneo. Acojonante. Después de 40 minutos atravesando negrura salimos al otro lado de la montaña en un valle verde y escondido. Picnic y media vuelta a atravesar las tripas de la montaña otra vez.
Después de la cueva decidí bajar al extremo sur de Laos –a las 4000 islas- y de ahí ir subiendo con calma mientras me quedase visado pero eso será el próximo capitulo.

Hamaqueando

Laos – Nong Khiao/Muang Noi
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Eso que se ve en la esquina de la foto es, de nuevo, como no, mi pierna en alto. Le estoy cogiendo el gusto a empezar así, pero es que es una formula que da bastante juego. Además, mi cara os la conocéis de sobra y no es mucho más guapa que mi pierna peluda. Esta vez esta confortablemente posada en una hamaca que cuelga del porche de mi bungalow a 1 dólar la noche en Muang Noi, un lugar perfecto para jubilarse con una pensión baja o escapar de la justicia de tu país.

Muang Noi es un pueblito de una sola calle en la que no hay vehículos porque solo se puede llegar remontando un tramo de río con unos cañones impresionantes. Esta a la orilla del Nam Ou, un río bastante grande para estándares de sequedad manchegos, y rodeado de montañas calizas de paredes verticales de tipo Guilin. El paisaje es impresionante. Para llegar aquí primero se va a Nong Kiao, otro sitio similar, en el mismo valle escarpado, pero a donde llega la carretera. Subiendo río arriba una hora mas y se llega a la relajada Muang Noi. A mucha gente del pueblo no le gusta estar incomunicados, pero los turistas remontan justo por eso: a quedarse bien tranquilos.


La mayoría de los que se han quedado viven de los forasteros. En todo el frente del río, en primera línea de agua, han construido "bungalows" que son la forma de alojamiento local. Aunque suena super pijo son simples cubículos de bambú sin ventanas, sin agua ni electricidad (no hay en todo el pueblo). Para compensar esos inconvenientes, cuentan con un porchecito donde se cuelga la hamaca en la que te tiras a ver el agua pasar y pensar en lo rápido que gira el mundo fuera de ahí. Una delicia.

Me podía haber pasado 4 días mirando los montes y las corrientes marrones del Nam Ou, pero no, me metí en problemas. Camino de Nong Kiao coincidí -rara casualidad- con una pareja de españoles bien majos, padre e hijo, y acabamos todos alojados en las hamacas de la acogedora y sonriente familia Vita. Claro, cobrando un dólar al día difícilmente se van a hacer ricos, pero, cuando te tienen atrapado en la tela de arana de tu hamaca te vienen a proponer otros negocios…

-Un trecking por las montañas de los alrededores a visitar las tribus?
-Es muy duro?
-No, no, que va!
-Pues venga!

Y ya la teníamos liada. Fueron dos días de barro y lluvia, interesantes, pero todo menos fáciles.

Siguiendo con la racha que dura desde que estoy en el país, llovió todos los días. El primer tramo del primer día que -según nuestro casero-guía- era de dos horas, nos llevo 5 y todavía no habíamos empezado la subida. Las lluvias habían hecho subir el nivel de los ríos y solo esa mañana nos toco vadear a pata más de 10. Cuando no eran ríos eran caminos arcillosos con consistencias oscilando entre la mouse de chocolate y la pista de patinaje. Cada vez que daba un paso con un apoyo no plano al 100% corrias el riesgo de acabar a un metro de distancia con el culo marrón o de barro hasta la rodilla. Un horror.

Después llegaron los arrozales. Había que andar haciendo eses en los caballones que separan las terrazas que estaban también reblandecidos y deslizantes, otro infierno.

Después empezó la subida. Se acabaron los ríos pero empezaron los toboganes. Los caminos eran igual de malos que en llano pero con la dificultad añadida de la pendiente y el peligro de acabar despenado por un lateral.

Con semejante panorama tenias que estar permanentemente atento de donde ponías los pies. Había que recordarse a uno mismo de vez en cuando levantar la cabeza. Cada vez era una sorpresa nueva: valles con picos como dedos de la mano, nubes que se enganchaban en los picos, jungla casi vertical en las laderas, arrozales verde fluorescente, cultivos de montaña con unas pendientes imposibles, cabañas de los paisanos que trabajan en medio del verde... Muy bonito pero pasado por agua.

Al final de la tarde Llegamos a la aldea kamu donde íbamos a pasar la noche. Cada vez tengo menos claro si uno debería o no ir a ver tribus por el impacto que puede tener en su modo de vida. En este caso la cosa fue muy bien: pasaron de nosotros completamente.

El pueblo estaba en la cima de un monte del que cultivaban las laderas. Habría unas 30 casas sobre pilotes de madera. Si la tribu tenia algún tipo de traje tribal no se lo puso para la ocasión, lo cual se agradece.

En la choza de los amigos de nuestro casero nos dieron techo y comida. Llegamos en un estado de porquez próximo al de la experiencia de los guibones pero sin la grasaza de camión. Nos "duchamos" como los demás del pueblo: bajo el grifo en el pilón al lado de la choza.

Mis dos compañeros median su metro noventa y dos metros respectivamente y aunque en general nos estaban ignorando, la ducha si que creo un poco de expectación, la verdad.

Al día siguiente empezamos el regreso pero por otro camino. Hubo una buena bajada patinosa, seguida de dos horas de marcha dentro del lecho de un rió que se ponía bruto a ratos y finalmente camino llano. Acabamos en otro pueblo tribal a orillas del Nam Ou. Desde ahí nuestro casero arreglo un transporte en barca río abajo. Pensábamos que llegaríamos al doblar la primera curva del rió, pero no, bajamos un buen trecho y fue ahí donde me di cuenta de que habíamos andado un guevo! La bajada espectacular porque el valle era en ese tramo aun mas escarpado que todo lo que habiamos visto antes.

Llegamos a Vita guesthouse a media tarde, deshechos y hambrientos. El resto del día fue para vegetar en la hamaca y ver llover a cantaros desde el porche. Por fin relax!

Decidí quedarme un día más por eso de aprovechar la hamaca de verdad, sin caminatas ni excesos. Ayudo en ese sentido que el tercer día, para variar, llovió lo suyo y no pude salir. Me leí la mita del material de lectura que transporto desde Pekín mientras columpiaba mi culo en la hamaca. Ahhhhh!

El cuarto día tocaba empezar camino de vuelta a Nong Kiao pero casi se tuercen los planes. Durante la noche había crecido el río con muchas ganas. Mi bungalow, que estaba a 15 metros del agua la noche anterior, tenia los pilotes en remojo por la mañana. El río bajaba a toda leche y arrastraba troncos y plantas, algunas grandes de verdad. Los del pueblo, sin miedo alguno, navegaban en canoas sorteando los obstáculos intentando “pescar” maderas buenas. Bajar el rió tampoco les supuso ningún problema y pude volver a Nong Khiao.

Para no repetir la carretera de vuelta a Luang Prabang intenté hacerlo en bote bajando el Nam Ou. No fue posible. Querían un millón de kip para hacer un charter, pero yo quería ir en el bote normal de los lao…. Al principio pensé que era una trampa de turistas. Ellos insistían que no había pasajeros y por tanto no había bote y lo tenía que pagar yo solo. Después de marear mucho la perdiz y perder varias horas, termino por ser la pura verdad y me toco coger el “bus”. Una pena.

Es increíble. Cada vez que cojo un transporte público, ya sea bus, tartana, remolque, barcaza o lo que sea, somos más turistas que laosianos. Después de darle unas vueltas he llegado a la conclusión de que no es que haya una invasión de turistas, el problema es que Laos esta muy poco poblado y, para colmo, por una mayoría de campesinos y montañeses. Son pocos y menos aun los que necesitan moverse de un lado a otro. Si no fuera por los extranjeros muchas rutas de transporte publico estarían vacías! No es la única rareza; este país esta lleno de particularidades económicas. No he visto todavía una fábrica de nada. En todo el país no hay un solo kilómetro de ferrocarril. Hay pocos puentes, ningún túnel, no he visto presas (y les sobran rios)... En las ciudades –incluso Luang Prabang- hay tiendas pero todas son de tipo "tienda de barrio". Cuando uno quiere comprar un violín o un cartucho de tonner o un balón de basket, donde cogno va? Tiene que cruzar a China? No lo entiendo.

Al parecer los franceses que colonizaron Laos se dieron cuenta de todo eso bastante rápido. No les salían las cuentas. Lo que había que invertir en infraestructuras nunca se recuperaba con las producciones locales y los impuestos simplemente porque son demasiado pocos! La cosa sigue siendo parecida. Creo que por mucho tiempo que pase nunca llegara a haber grandes autovías simplemente porque el trafico que llevarían no las justificaría!
Vale de rollos! Sigo en el próximo.

A Luang Prabang en el barco de los guiris

Laos - Luang Prabang

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Huay Xai es otra capital de provincias de esas que no lo parecen. Esta al borde del Mekong que en ese punto sirve de frontera con Tailandia. Literalmente se podría cruzar nadando al otro país. No se hace nadando sino en bote, pero la cantidad de turistas que da el salto me ha dejado flipando. Desde hace poco Laos da visas sin problemas directamente a la frontera. Un buen montón de gente que anda por el norte de Tailandia incluye una vueltecita por Laos como parte de su viaje. Consecuencia: no solo entran mogollón sino que muchos son del tipo de turistas que va a Tailandia a lo que va. Casi todos hacen el mismo bucle corto: entrada por Huay Xai, bote a Luangprabang, desfase en Vangvieng y vuelta a Tailandia por Vientiane.

Y allí estaba yo, haciendo cola con los de Tailandia para coger el bote a Luang Prabang. Según la guía -que tiene apenas un año- es un viaje muy autentico y muy interesante de dos días por el Mekong. Era.

El rió y la selva son los mismos, pero ahora el barco es un circo. Debíamos ser unas 100 personas a bordo y laos solo había 2, con cara de susto, rodeados con tanta rasta y tanta tía con escote. Pasajeros a parte, el paisaje era bonito: pueblecitos en las orillas, pescadores, selva, montañas...así pasamos la primera jornada y llegamos a Pak Beng, el puerto donde hacíamos noche.

Hasta hace poco Pak Beng debía ser una parada para los barcos de carga y poco mas. Ahora es el pueblo guest-house. Cada casa es una pensión que sirve a los cientos de guiris que bajan por el rió y tienen que hacer noche ahí. Al poner pie en tierra los lugareños mayores te ofrecen habitación en sus hostales y un poco más allá los lugareños jóvenes te ofrecen sin reparos opio, marihuana o lo que quieras. La oferta y la demanda manda!

A esas alturas estaba un poco harto de la travesía decidí que el segundo día me bajaría del barco a medio camino. En la primera parada de la jornada siguiente me apee del buque justo en el medio de ninguna parte, en un arenal con cuatro chamizos a la orilla del Mekong de nombre Ta Suang. Me baje solo. Todo el santo barco me miro con cara de "ande coño va este!" Me preguntaban por el pasillo “....pero te bajas aqui?”, “Sabes donde vas?”. “Si, si, no problem!”. Aunque suene gilipollas porque yo era uno mas, me sentó la mar de bien salir de la patera de turistas. Lo bueno del asunto es que, aunque toda esa gente se pensaba que estaba haciendo una de Miguel de la Cuadra, en realidad era más bien lo contrario. Me dirigía a Hongsa, lugar marcado como highlight en la primera pagina a color de la Lonely Planet, donde, además, explicaba bien clarito como llegar bajándose del barco en el agujero aquel.

Desde que empecé a viajar me alucina el poder que tiene esa guía. Son infinitamente útiles pero todos funcionamos con la misma información y acabamos formando manadas… Pues tampoco eso es verdad del todo, parece ser que mucha gente no lee ni eso. En fin.

Desde el arenal aquel debían salir cada cierto tiempo pickups cruzando las montanas hasta Hongsa. Como no había ni tato para llenarlos, el chofer dijo que le teníamos que pagar el viaje los dos que estábamos o esperar al día siguiente a ver si venia mas gente. Acabamos pagando –bueno, me temo que el otro tipo se saco el viaje de gratis gracias al guiri de turno- y nos fuimos de allí.

Según las descripciones de la guía, Hongsa debía estar en un valle apartado, lleno de elefantes trabajando los campos y rodeado de pueblecitos con arquitectura tradicional. Pues tampoco. El valle era casi una llanura, los elefantes debían haberlos jubilado y a las casas tradicionales les habían puesto techos de chapa. A nivel de atracciones fue un fracaso pero fue un día estupendo para tomar aire y tratar con gente que no esta harta de ver turistas.

La mañana siguiente repetí el camino al revés y volví al arenal a esperar el barco de turno. Esta vez era mas grande, 150 guiris y 4 Laos. Misma historia. Caras de asombro y preguntas extrañadas… “que hacías ahí?”, “De donde sales?”.

Tras el segundo día de barco llegamos a Luang Prabang, segunda ciudad del país y patrimonio de la UNESCO. Alucinante.

La gente y los libros dicen que la ciudad se ha conservado tan bien en su atmósfera colonial de principios de siglo gracias a que fue declarada patrimonio de la UNESCO pero yo creo que habría dado igual. Para mi que a los Lao la idea de ponerse a demoler para tener que volver a construir no les cuadraba. No es su estilo y tampoco había ninguna razón económica o urbanística para hacerlo. Sea como sea, la ciudad quedo congelada en su forma de hace cien anos y luce muy bien. No hay ni un solo edificio alto, todo son casas ya de madera estilo lao, ya de ladrillo estilo colonial o una mezcla. No hay casi trafico, no hay tiendas, la actividad económica gira entorno al turismo, -quiza demasiado para hacerla una ciudad creíble. A mi siempre me ha gustado que lo viejo parezca viejo y diría que ya han restaurado demasiado. Un poco de mugre para dar solera siempre queda bien.

La parte vieja de la ciudad esta en una península entre el Mekong y un afluente. Son 3 calles “grandes” paralelas y un montón de callejas laberínticas intermedias. En algunas manzanas hay casi tantos templos como casas. Vas por un callejón y entras en los terrenos de un templo lo atraviesas, vuelves a otro callejón que lleva a otro templo y de ahí a otro callejón… o al rio… Todo sin trafico y muy relajante.

De la misma forma que hay casi tantos templos como casas, hay casi mas monjes que gente normal. Están en todas partes! A eso de las 6 cuando se juntan para rezar se mezclan los cánticos de uno y otro templo que se pueden oír estés donde estés. Por la mañana, al salir el sol, todos los monjes y novicios salen en procesión a recoger ofrendas y forman filas kilométricas en las aceras. Muy muy colorista. Por si no se notaba me ha encantado Luang Prabang.

La ultima foto es de una cascada impresionante de aguas azules y multiples piscinas naturales que esta al lado de la ciudad. Valdria la pena venir aunque solo fuese por la cascada.

Y aquí lo dejo hoy.


The Gibbon Experience.... O haciendo el cabra en la jungla

Laos - Luang Nam Tha / Bokeo

Voy a empezar como la penúltima vez: Eso que se ve en la esquina de la foto es mi pierna en alto, en muy muy alto, a unos 150 metros por encima de la jungla tropical. La foto esta sacada desde el medio de una tirolina de 300 m que atraviesa un valle entero. Me dijeron que no apoyase la pierna y decidí colgarme de un arnés :)
Bueno, por partes, ahora llegaremos a los arneses. Nos habiamos quedado en el kitsch tropical de Jinghong. De ahí, fui a Mengla, el pueblo fronterizo con Laos y de ahí a Luang Nam Tha. La capital de la provincia al norte de Laos. El viajecito me llevo dos dias pero el trayecto es impresionante. Tanto la parte china como la laosiana de la carretera discurren por sendas reservas naturales en zonas muy montañosas. Es un infierno de curvas pero están ultimando una superautovia que conectara en 2008 China y Tailandia pasando de refilón -a nadie le intersa- por Laos. La parte China de la autovia esta casi acabada y es la leche. Para no destrozar mucho bosque (o mas probablemente porque es lo mas barato) la están construyendo sobre pilares. Tu vas en tu autobús tartana dando mil curvas y por encima de tu cabeza andan construyendo esa especie de puente continuo de un montón de kilómetros que va a ir literalmente volando entre la jungla. Sera muy chulo.
Así, entre montanas y jungla, entre a Laos. Luang Nam Tha, mi primera parada en el país, es una capital provincial, pero no parece mas que un pueblecito. Las primeras impresión del país es que los laosianos están mas anchos que los chinos. Efectivamente, 6 millones de personas para una superficie tan grande como Inglaterra que esta cubierta de junglas y arrozales. Según los índices de desarrollo son de los mas pobres de Asia, pero no da esa impresión. Los Laosianos tocan a mucho por barba y así es mas difícil parecer pobre. Las casas no se amontonan, están mejor construidas, la gente tiene mas tierras, mas espacio y tienen mejor cara. Eso debe ser una cuestión de mentalidad nacional. Parece ser que por estas latitudes se huye del estres como de la peste. Ser feliz y divertirse es casi una obligación religiosa y la gente se aplica a ello. Los lao son dulces, hacen bromas y sobre todo, sonríen. Serán mas pobres que los chinos, pero lo llevan mejor. La segunada gran impresion fue que, para estar en un rincon del norte, alli habia muchos turistas. La mitad de los locales del lugar estaban orientados a la clientela extranjera. Parece ser que llego pero que muy tarde para ver Laos "antes de que lo estropee el turismo".
Luang Nam Tha, estando rodeada de montanas, ríos y reservas naturales, es el lugar perfecto para hacer treckings, ir a ver tribus y ese tipo de divertimentos. Como mi tobillo estaba todavía poco fino me resigne a perderme todo eso y me dedique básicamente a vegetar y a empaparme en bici bajo las tormenta tropicales que caían casi a diario. Así tres días.
Ahora, por fin, llegamos a la Gibbon Experience. En la provincia De Bokeo, cerca de Lunag Nam Tha, un francés -que debe estar como una regadera- en colaboración con las autoridades y las tribus locales ha montado una reserva en la jungla. Esta en una zona donde viven guibones, unos primates cantarines que están en peligro de extinción. Para poder financiar la reserva se han inventado unas casas en lo alto de arboles enormes donde albergan turistas que las pagan bien. Para moverse por la jungla y entre los arboles han trazado una red de senderos y tirolinas que es, en realidad, lo mejor de todo el asunto.
Antes de apuntarme les llame a preguntar si era muy exigente, si los caminos estaban bien y si tendría que andar mucho. "No es difícil!" me dijeron. Y me apunte.
Salí de Luang Nam Tha el 5 por la mañana en un autobús destartalado atestado hasta arriba. Tras 7 horas por barrizales me baje en un pueblucho en medio del camino donde tenia que pasar la noche. A la mañana siguiente, por la dirección opuesta, llego el resto del equipo con mucho retraso. Despues de dos dias lloviendo a cantaros, hasta los todo terrenos tenían problemas por esos caminos. El avance hacia la reserva siguio aun mas despacio porque solo el mas nuevo de los dos todo terrenos podía cruzar el rió con el agua por media ventana. Tuvimos que partirnos y esperar. Por fin llegamos hasta el ultimo pueblo donde había algo parecido a una carretera y desde ahí tocaba andar. Nada mas empezar nos encontramos con el primer rió para vadear a pata. Yo iba con mis vendaje, mi tobillera mis botas, mis pantalones largos que me tuve que quitar. Después de cruzar, cuando empezaba a ponerme todo otra vez y me dice un guia: "no, no, three more waters!". Al parecer el primer arroyo solo era un aperitivo, después vino el segundo, hasta la rodilla, el tercero,hasta cadera y el cuarto hasta el ombligo. Acabamos haciendo el trayecto directamente en gallumbos. A esas alturas, cruzando el rió con la mochila y la cámara en la cabeza, en calzoncillos, a la pata coja y con el agua por la barriga, me empecé a cagar en el padre de la que me había dicho que no era muy duro. Después de los ríos llegaron las montanas y la jungla. Íbamos por senderos, pero con tanta agua parecían pista de patinaje. Estuvimos subiendo y bajando una hora y finalmente llegamos a la primera tirolina. Nos calzaron el arnés, nos explicaron como hacer para no matarnos y ziiiiiiiiip deslizando por el cable a la casa numero 1. Yo nunca me había puesto un arnés ni tirado por una tirolina y fue un bautizo hardcore.
La primera tirolina es la mas corta de la reserva pero a mi me acojono igualmente. Despegas de la ladera del monte a todo leche por un cable que baja cruzando los arboles, ves como vas colgando en el vació y aterrizas en la copa de un arbol a 37 metros de altura!.
Cuando ya estábamos todos en casa 1 nos explicaron un poco el tema. La casa tenia tres niveles, tantas camas en cada nivel y nos repartíamos como queríamos. El water tipo a pulso abierto sobre el vació con una caída de zurullos de 37m. La ducha con agua que llega por gravedad desde el arrollo. Las comidas que nos traerán por cable .... Luego llego una explicación técnica de como usar los cables con seguridad y de donde se iba por cada linea.
Hay cables monte-árbol, árbol-árbol, monte-monte y el mas bestia un monte-árbol-monte de 500 metros que cruza un valle entero pivotando en un árbol gigante en el medio.
Con todos los puntos claros nos fuimos "vigilados" por los guardas (unas paisanas del pueblo de abajo que estaban la mar de monas con sus faldas tradicionales y sus arneses) a ver todas las lineas y todas las casas. El segundo y tercer día tu decidías si te querías pasar el tiempo tomando cafés tirado en la casa del árbol o si querías irte por ahí a saltar por los cables. Y eso hicimos, el cabra.
Andar dando tumbos por la jungla da hambre. Tres veces al día nos traían la comida al árbol desde la cocina en la colina. Lo que sobraba lo tirábamos por la borda. En el suelo, 37 metros mas abajo, en un cercado alrededor del tronco, tres gorrinos daban cuenta de los restos. Todo ecológico.
Siguió lloviendo todos los días que estuvimos allí pero nos dio lo mismo. He redefinido mi concepto y mis estándares de suciedad. Las prendas mas guarras que había llevado hasta la fecha, acampando en Mongolia o en las montanas del Tibet, eran trajes de primera comunión comparados con esto. Tus piernas eran atacadas desde tierra por barro, plantas mojadas y sanguijuelas. Mis botas parecían croquetas marrones hasta media pierna. La cabeza y el tronco recibían lo suyo de los cables. Las poleas girando a toda leche sobre los cables pringosos hacían saltar grasaza de mecánico de camiones en forma de aspersor. La gente tenia la cara negra, con dos agujeros por donde asomaba el color de los ojos. Se nos puso pinta de fuerzas especiales de las que se saben arrastrar bajo las alambradas. Terrible. Al final de la jornada te podías duchar y quitarte la costra. Era el gran consuelo diario. La ducha era muy cachonda, tenia paredes para separala del resto de la casa y no ensenarle el culo a tus companeros, pero no paredes exteriores....te duchabas enseñándole el pito a las copas de los arboles y ocasionalmente a alguna de las guardas que venia de la cocina por cable y te pillaba a mitad de la faena. Unas risas, nada grave.
A estas alturas os debéis andar preguntando... y los guibones?? Pues eso digo yo! Por lo visto son unos bichos muy tímidos y con los berridos que pegamos por los cables los debimos acojonar porque no les vimos el pelo. Los oímos cantar el tercer día, pero eso fue todo. De todas formas, era la excusa.

El tercer día por la mañana, sucios como pura mugre, empezamos a volver al pueblo donde nos recogería el jeep. En la casa de los guardas viven también un osezno y un macaco rescatados de unos furtivos y que ahora son parte de la familia y se apuntaron a la comitiva. Fue un momento "libro de la selva" con una fila de: persona, persona, persona, persona, mono, oso, persona.... todos cuesta abajo. Eran un par de bichos bastante cachondos. El mono saltaba de cabeza en cabeza y se ponía a despiojarte si le dejabas. El oso era del tamaño de un perro grande y aunque era jugueton daba bastante mas respeto. Yo me pase de listo acercándome a hacer fotos y casi me quedo sin pierna con un abrazo tipo koala que me dio.


Después de vadear en calzoncillos los arroyos pertinentes, y en 4x4 semi sumergido el rio de turno, volvimos a la carretera "principal". De ahí en pocas horas llegamos a Huai Xai, el pueblo donde había empezado la mayoría del grupo, en la frontera con Tailandia. Y aqui me quedo hoy.

Llevo como dos semanas de retraso contando el viaje pero las fotos las voy subiendo casi al día.... se pueden ver aquí

Las fotos no le hacen justicia a los vuelos por la jungla en tirolina. En este sitio hay gente que ha colgado los suyos para quien quiera hacerse una idea con movimiento.

A ver cuando encuentro tiempo de seguir contando. Llevo como 4 horas metido aqui para hacer esta entrada y no es plan de pasar mas horas de oficina que en si estuviera currando.

Estoy en Luangprabang. Manana voy para Vientiane y de ahi al sur de Laos y luego....... ?

 

 

Teletiendas

China - Yunnan - Jinghong
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Mañana hará una semana que me torcí el pie y para celebrarlo voy a seguir camino hacia el sur. Gracias a los abundantes y sabios consejos recibidos de muchos de vosotros mi tobillo ha mejorado bastante. Ha recibido hielo, masajes, elevación, cremitas....ha escrito alfabetos,recogido toallas, estirado gomas... de todo. Los primeros días lleve una vida bastante próxima a la de una lechuga en un huerto. De la cama al butacon del café (bendito café!) y del café a la cama. Todo en tuktuk.
Poco a poco he ido convirtiéndome en algo menos vegetal y los últimos días he podido darle una vuelta a Jinhong y comarca. Casa Dai La ciudad es fea como todas las ciudades chinas. Mismo estilo: avenidas grandes, edificios feos cubiertos de azulejos de baño y tiendas-cubículo en los bajos. Para arreglarlo un poco y que se note que estamos casi en Birmania, han construido templecillos con mucha brillantina en las esquinas, puesto esculturas de elefantes aquí y allá y plantado palmeras a los lados de los bulevares. Asi, con su toque kitsch tropical, se hace llevadera y -sera síndrome de Estocolmo- hasta agradable.
Hay un montón de gente de las minorías étnicas de la zona -los trajes de coros y danzas siempre hacen bonito- ,birmanos vendiendo jade, el Mekong con un pedazo de puente, vida nocturna en la calle hasta altas horas de la noche, mercados vendiendo frutas desconocidas y asquerosidades varias, y una macro zona de tenderetes de barbacoa que deja al mítico Pinchitos de Pekin en bragas.Me siento observado
Hoy he salido en bici en busca de los pueblos circundantes donde viven las minorías étnicas. El paisaje es muy bonito: montañas, arrozales, verde por doquier, pueblecitos con casas de madera, gente de otras etnias..... pero no he conseguido alejarme lo suficiente para que deje de notarse que estoy en China. No hay manera. Siempre consiguen poner el cartel, la tienda, o la casa horrible que destroza el conjunto. Ya tengo ganas de cruzar la frontera.
Y a estas alturas de todo este rollazo os estaréis preguntando.... y a que viene lo de teletienda? Me explico. Lo de pasar la mayor parte del tiempo vegetando no ayuda a cansarse físicamente. Luego llega la noche y no se puede dormir. Pones la tele y tienes el mundial; uff, que pereza! tíos corriendo; no. Zapeas; empiezas a encontrar estas joyas de la venta por television y te enganchas. Ya se, ya se, en todos lados cuecen habas y en España tenemos lo nuestro: fregonas mágicas, cuchillos que cortan calvos, aparatos para recortar los pelos de la nariz, pero es otro rollo. Alli suelen ser para frikis noctámbulos amantes de los aparatillos. Lo de aquí gira en torno a otros ejes. Yo diría ,metiendome a psicólogo de masas, que son los grandes complejos nacionales.
Para mujeres tenemos: pastillas crecetetas, electrodos crecetetas, bombas succionantes crecetetas, cremas crecetetas...... Siguiendo en la sección belleza: cremas disuelve michelines, masajeadores disuelvemichelines, zapatos (lo juro)disuelvemichelines, mascaras de acero que te quitan las arrugas, cremas que te dejan blanca como la leche.....Me siento observado
Para hombres tenemos: calzoncillos magnéticos que te ponen trempón, pastillas mágicas que te ponen trempón, aparatillo que estira y que te pone mas trempón, un potro de tortura (lo juro) que te estira de la cabeza y los pies y te hace mas alto...
Sea cual sea la teletienda de marras, siempre tienen cosas en común que me fascinan. Primero, animaciones por ordenador dignas de Star Trek en las que se explica como funciona la cosa. Son geniales. En una, las moléculas mágicas viajan por las arterias y atacan el michelin deshaciéndolo, o viajan hasta las tetas y las hinchan como si fueran globos. En otro las vibraciones del masajeador aprieta el michelin y empuja la grasa hacia arriba hasta convertirla, como no, en tetas mas grandes. En otro, unos calzoncillos con un par de imanes situados estrategicamente debajo del escroto (debe ser la mar de cómodo) envían sus las lineas de campo magnético a través de los huevecillos, los ponen al rojo y se hinchan que da gusto. Maravilloso! Viva la informática!tetas
Todos los productos se llaman "Americia esto" o "Francia lo otro". Todo son maravillas importadas de occidente y para dar credibilidad sacan siempre algún extranjero (probablemente un pobre estudiante sacándose unos duros extra) explicando las virtudes del producto en cuestión. En el publico también ponen a alguno, que se levanta espontáneamente y cuenta como a el también le ayudo a superar sus problemas.....Luego llega el momento del Photoshop barato. Ponen varias fotos del antes y el después que son trucajesque no se lo tragaría ni un niño de 3 anos....y no les da vergüenza!
Yo diria que se pueden hacer profundas reflexiones..... ;)
Como me he extendido demasiado, no voy a entrar en el tema de las fotos de las cajas de calzoncillos de los supermercados....eso lo dejo para la proxima vez que no tenga nada que contar.
Seguro que pensáis que el calor me esta afectando al cerebro o que me aburro demasiado, pero os equívocas. Algun día la tele por satélite os hará llegar estas perlas de la creacion audiovisual y me daréis la razón. Si no, al tiempo.

La primera en la frente

patachulaChina - Yunnan - Jinghong

Bueno, mas bien en el tobillo. Eso en la esquina izquierda de la foto es mi pierna en alto con una bolsa de hielo ayer por la noche. Lo del fondo son palmeras. Y, si, me estaba bebiendo una cerveza.

Después de 6 meses mareando la perdiz, por fin me sentía de viaje, con la mochila a cuestas, bajo la lluvia y todas esas miserias maravillosas. Había llegado a Kunming (capital de Yunnan) después de dos noches en el tren. Acababa de comprar mi billete de avión ultra rebajado para Jinhong, en el extremo sur, a un paso de Laos. Estaba saliendo de una farmacia, la escalera de granito pulido estaba mojada, Zassss!! patinazo, caída con mochila incluida, crack en el tobillo y mucha pupita. Esguince que te crió! Estaba a un paso de hacer treking en las selvas de Laos, de patearme pueblos y montagnas, pero va a ser que no, por lo menos en unos días.

Como podía andar mas o menos, decidí coger el avión y si la cosa era mala por lo menos me quedaba vegetando en Jinhong en lugar de Kungming. No se si fue una buena idea pero por lo menos agradezco estar entre palmeras en vez de rascacielos.
En cuanto aterrice en Jinghong ayer, me fuy al hospital. Fuy al mejor de la región pero aun así no me escape de mi dosis de incompetencia medica. Llegas al hospital, consigues encontrar al medico de turno, te sientas, le empiezas a explicar....Para! Primero ve y paga. Primer viaje cojeando a la caja. Vuelves, se te ha colado una señora, pero te dice que entres aunque la señora le esta contando sus penas. Recibo en mano, ahora me atiende. Explico. Caída, resbalón, crujido, dolor hinchazon..... mira desde 2 metros (lo juro, DOS metros) mi pie hinchado:
-Si, va a ser un esguince
-No lo va a explorar?
-No, paque!?
Diagnosis traumatológica sin tocarme el pie! Hace una semana Katia se hizo lo mismo y en el mejor hospital de Pekin la auscultaron también a ojo desde tres metros. Debe ser la moda en China. En fin.
Vamos a hacer unas placas, pero ve y las pagas primero, no sea que te vayas corriendo. Segundo viaje renqueando hasta la caja. Recibo en mano a ver al radiólogo. Placas. Nada roto. Ahora se me ha colado un tío con pinta de haberse metido un hostion padre por lo menos desde tres pisos de altura. La cara hecha mierda, descamisado, cubierto de polvo y sangre seca. Da igual, yo estaba antes y lo deja esperando mientras acaba conmigo. Pobre hombre!.
Tratamiento: ponte hielo y cuando puedas andar anda, pero no mucho.
-Un vendaje? medicinas? para cuanto tiempo?.
-Nanda, nada, cuando puedas andar es que ya se te ha curado.....
-!?!?
-Pero es que voy con una mochila de 20 kilos y tenia en mente andar bastante.....
-Ve con cuidado.
Y listo. Al final me manda unas pastillas y cuando miro el prospecto para ver lo que me estoy tomando pone. "Contenido: información reservada!" Toma! Cagate! Lo mismo son rabos de lagartija que zurullos de vaca, pero yo, con fe me las tomare.
Hoy he buscado vendas elásticas, he ido a unas 10 farmacias en todo Jinhong pero no saben lo que son. Tobilleras: eso que es? Esparadrapo? Pa que! Y la ciudad tiene 900.000 habitantes!
En vista del know how brutal de los médicos de aquí, agradecería cualquier comentario de expertos del esguince. Lo cosa fue y esta así:
Mucho dolor al caer, hubo un chasquido, al rato dolía menos, podía andar cojeando, se hincho por la tarde noche despues de unas cuantas horas y hoy ya esta mejor pero duele y esta hinchado. Puedo andar pero cojeo. Es grave doctor? Me queda mucho de reposo? Voy a poder ser un mochilero normal en breve? Buahhh!
Al menos el tiempo es bueno, la gente sonrie, he encontrado un cafe donde vegetar y ponerme yelo todo el dia. Me preguntan "no vas a hacer nada hoy?". Pues no, de momento, parece que no.

Vladivostoc con retraso

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En Irkutsk empezaba mi viaje transiberiano en solitario. La siguiente parada hacia el este: Ulan Ude, en la orilla opuesta de Baikal, a solo 8 horas. El tramo entre Irkutsk y Ulan Ude es espectacular porque discurre por la orilla del lago. Era una segunda oportunidad de disfrutar del paisaje, aunque fuese por la ventanilla del tren. Normalmente he intentado coger trenes de noche para ahors de llrar en hoteles y tiempo de viaje, pero en este caso lo cogí al amanecer. Antes de llegar al lago quedaban un par de horas de taiga que pensaba aprovechar para dar una cabezada y reponerme del madrugón, por desgracia, uno de mis compañeros de compartimento, el pequeño Nikita de 3 años, ya había dado la noche por concluida. Su abuela hizo lo que pudo pero los críos son críos. Nada. Las 3 o 4 horas de viaje junto al lago son las mas espectaculares de todo el transiberiano. A un lado tienes montañas muy altas con picos nevados y al otro el agua esmeralda salteada con placas de hielo en fundiéndose y pueblecillo de pescadores en la orilla. Llegamos a Ulan Ude, la capital de Buratia. Los burats son los pobladores originales de esta parte de Siberia y la colonización no los extermino ni mucho menos. Son el 50 % de la población. Físicamente son igual que los mongoles, de hecho, en ese punto del camino estábamos a pocos km de la frontera mogola. La vegetación de los alrededores se parecía mas a la que vi entorno al lago blanco de Mongolia que a la taiga que llevaba días atravesando. Sin embargo la lengua y las costumbres son rusos casi 100%. La gente se mezcla bien y por la calle se ven grupos de amigos o parejas mixtas. Aunque los burats estén asimilados en la cultura, la tradición mongola debe influir de alguna forma. La ciudad es más relajada, va a otro ritmo que las otras ciudades que he visitado. La gente sonríe más (los rusos en general tienen un rictus bastante tieso) he incluso me gritaron un par de "Hello, hello" inauditos hasta la fecha en Rusia.
En Ulan Ude probé un nuevo tipo de alojamiento: el hotel soviético. A pesar de los 15 anos pasados desde el fin del régimen anterior, creo que mi hotel debía tener exactamente la misma pinta que el día que lo acabaron. No tenia nada malo en si mismo. No estaba sucio, ni demasiado viejo....simplemente era gris, triste...soviético. Se notaba que no lo construyeron para agradar, ni para alegrarte las vacaciones, sino para que pudieses dormir. Punto. Los años no le han quitado esa grisez de encima. En cualquier caso, fur interesante.

La principal atracción de Ulan Ude es su gente y el ambiente, diferente del resto de Siberia. A parte de eso están las ya habituales casas de madera, la zona histórica, un cabezón gigantesco de Lenin, un montón de teatros y salas de conciertos y lo mejor, un museo etológico.
En un claro del bosque de los alrededores han rescatado ejemplos de casas antiguas de campesinos, aristócratas, pescadores, cazadores....las han conservado por fuera y dentro se pueden ver los artilugios, ropas, herramientas de la época. Estaría realmente bien si las señoras que lo "vigilan" no cerrasen la mitad de las casas para ir a echarse la siesta. siendo prácticamente el único visitante no tenia mucho poder de presión para sacarlas de su letargo que digamos.
Después de un par de días bastante tranquilos en Ulan Ude tocaba prepararse para el último tramo de tren hasta Vladivsostoc, 60 y pico horas. Tres noches y dos días. Fui a aprovisionarme de víveres a un mercado local, pero cometí el error de hacer las compras con el estomago vacío. Pasa lo mismo cuando vas a un restaurante en china muerto de hambre, pides como si tu estomago no tuviese fondo. En fin. Acabé cargado con tres bolsas de comida que por supuesto no fui capaz de terminar.
El transiberiano no es un tren, son muchos comenzando en sitios tan al oeste como Ucrania y terminando en otros muchos sitios hacia el este, el mas lejano Vladivostok, en el Pacífico. Lo que si es único (si no contamos algunas ramificaciones) es la vía por la que circulan este-oeste. No existe un "billete" para el transiberiano. Cada trayecto lo haces con un billete diferente en un tren distinto yendo de un A a un B. Como Ulan Ude está más o menos en el centro de Rusia, las opciones son muchas todos los días en ambos sentidos. Yo cogí un Novosibirsk-Vladivostoc. En el punto donde me subí, llevaba 2 días rodando y todavía quedaban 3 para Vladivostok. El trayecto Moscu Vladivostoc son 7 días y desde ucrania deben ser 8. Una paliza, vamos. En el trayecto se cruzan 7 franjas horarias y para evitar chocho con las horas en los billetes todo se refiere al tiempo de Moscú. En tu billete pone las 08:20 pero eso significa las 13:20 si estas en Irkutsk o las 16:20 si estas en el extremo este. Es gracioso que en las estaciones los relojes siempre marcan el tiempo de Moscú, que es el que viene en los billetes, en vez del local. En realidad es lo mas sencillo y lo único sensato cuando el país es tan grande.

No todo el mundo se pega 7 días en el tren, la mayoría hace tramos parciales. Aun así, un par de días son suficientes para aburrir al mas pintado. Para mi, en tanto que guiri, está el aliciente del paisaje, el regustillo de la aventura; pero para los rusos es simplemente un lago e interminable coñazo. Todos los rusos que conozco me han mirado con cara de "tu estás tonto!" cuando les he dicho que quería ir hasta Vladivostoc en vez de volar de vuelta a Pekín. Masoquismo turístico, ea!. Los vagones, un poco viejos, pero limpios y arreglados, están divididos en compartimentos de 4 literas. Cada vagón tiene un par de revisores (90% de las veces son revisoras) que son las que cortan el bacalao. Te despiertan cuando llega tu estación, te dan (y te quitan) las sabanas, mantienen el samovar lleno y los baños limpios en la mediad de lo posible. Tienen unas formas un poco marciales pero no se les puede echar en cara. Estas señoras, aunque se turnen, se hacen los trayectos de pe a pa y eso es una paliza importante. Imaginad por un momento el tipo de peinados antibalas que deben de hacerse para aguantar un trayecto así, sin ducha! Tampoco son especialmente aficionadas a respetar la obligatoriedad del uniforme. Muchas se visten cómodo, de andar por casa, con una bata o una camiseta larga, todo muy suelto….pero claro, entonces como sabes que es la revisora? Un par de veces me ha pasado nada más subirme al tren que una señora (en chándal o similar) me empieza a decir cosas que no entiendo y al cabo de un rato descubro que es la revisora que me pide el billete. Creo que teniendo a su jefe a 3000 km de distancia sienten demasiado el miedo al despido. Recuerdo que un día discutía con alguien si es discriminatorio exigir a un empleado tener unas determinadas medidas....en este caso, lo siento, pero debería ser imperativo. Cuando me cansaba de mi litera me iba a las asientos del pasillo a leer. Había una revisora entrada en carnes que se abría paso sin muchos miramientos. Cada vez que recorría el vagón y llegaba a mi lado tenía que saltar contra la pared en posición de voy a ser cacheado o morir aplastado por la tromba de culo que circulaba a toda velocidad.
Otras de las atribuciones de las revisoras -maldita la hora en que se la dieron- es la de poner la música del vagón. Durante los tres días de este último tramo nos torturaron con dos cintas. La primera, un horror escapado del averno del olvido de los 80: Rick Asley, Sabrina. CC Catch... y la segunda, los grandes éxitos del techo de 1996. Lo sé porque en su día los baile todos sobre la tarima de Scape Bar Almansa.....pero ya no tengo edad.

En el tramo hasta Vladivostok me tocó un buen par de elementos como compañeros de viaje. Eugeni, padre, ferroviario cincuentón y Valery, hijo, paraca del ejercito del aire. Tenían un aspecto bastante lumpen. Probablemente viajaban en esta categoría gratis por sus respectivos trabajos. El material de lectura que se habían traído incluía crucigramas y “Mir Criminal” (mundo criminal), una especie de prensa amarilla con tanta sangre como tetas y culos. La cuarta en discordia era una señora de unos 70 años que me pregunto unas 20 veces como decir hola en español, pero que siempre me lo decía en francés. En fin. Al principio nos tratábamos todos con mucho cuidado. Yo, en ruso, no tenía mucho que decir, claro. Con el roce nos fuimos soltando y acabamos contándonos media vida con mi phrasebook, libro va libro viene, como un ping pong de palabras. En tres días pasamos de separación estricta de comidas a una especie de picnic colectivo. La señora no participaba mucho. Le ponía pegas a todo menos a los pepinillos en vinagre de Ulan Ude, que le encantaban.
A lo largo de los días el paisaje fue cambiando poco a poco. Una cosa que no cambia en los miles de km que he hecho son la dachas. Una especie de huertos con casa adyacente que todo el mundo tiene en Rusia. Sirven de hobby, de “casa de campo” y de ayuda económica en forma de verduras frescas propias. Hay dachas a lo largo y ancho de toda Rusia. En las ciudades las ventanas de las casas están llenas de plantas de todas clases que la gente cuida al calor de la calefacción a la espera de la primavera.
En medio de los pasillos del tren hay unos carteles pegados con la lista de paradas y la gente se pasa el día haciendo viajes para averiguar cuando toco la próxima. En la mayoría de las estaciones la parada es tan corta que no se puede bajar, pero unas 3 o 4 al día son de media hora y el tren se vacía sobre los andenes. La gente fuma, habla, compra comida de las babushcas que hacen negocio en la estación. La verdad es que se agradecen. Intenté leer despacio para estirar el par de libros que llevaba, pero a mitad del segundo día me había acabado todas las lecturas. No me quedo más remedio que dedicarme a mirar el paisaje un día y medio más. Es parte de la gracia del viaje.
Finalmente llegamos a Vladivostok. Si Irkutsk es el París de Siberia, a Vladivostok le han encontrado dos parecidos razonables: San Francisco y Estambul. Lo primero viene por estar junto al Pacífico y por tener calles empinadas con tranvías que suben y bajan, lo segundo porque está en una península con la misma forma que el Cuerno de Oro de Estambul y hasta le han copiado el nombre!
En Vladivostok me aloje en un hotel que se llamaba Moriak, lo que resulto significar “marinero”. Haciendo honor a su nombre, como compañero de habitación me toco un fornido hombre de mar que se embarcaba al día siguiente para 6 meses en un pesquero. Suena mal, pero sería mucho peor si el marino acabase de volver a puerto después de 6 meses en alta mar, no?
La ciudad tiene mucho encanto. Estar al lado del mar en una península montañosa ayuda. Hay muchas casas antiguas, calles en cuesta, tranvías, un puerto lleno de barcos de guerra, marineros de uniforme….Todos los coches que circulan por la calle son de segunda mano importados de Japón. La gente los prefiere a los coches rusos nuevos. No se como se aclaran con el volanta a la derecha, pero ellos sabrán. En el resto de Siberia también hay muchos coches japoneses y al parecer la gente viene a Vladivostok en tren, los compra y los conduce de vuelta tropocientos mil kilometros hacia el oeste. Lo más cachondo es que aunque el tren lleva construido 100 años, la carretera transiberiano aun no la han acabado (ni piensan) y hay un tramo de 3000 km sin asfaltar!! No me puedo imaginar lo que debe ser pegarse 10 días conduciendo en medio de la nada por un camino de cabras…vaya moral!
Estando en Valdivostok tuve un par de momentos surrealistas. El primer día me encontré por pura casualidad, para asombro mío y de ellas, con un par de monjas españolas! La cosa fue del tipo: “y tu que haces aquí?”, “pues anda que vosotras!” . Ver para creer. Estaban allí desde hacia años intentando “repoblar” espiritualmente la atea Rusia. Al parecer no va mal la cosa. El segundo momento llegó en mi último día. De repente y por arte de magia todo Vladivostok se llenó de mozas en sus 17, vestidas con una especie de uniforme de colegialas, con delantalcito blanco, coletas y una falda demasiado corta. Estaban por todas partes. Fuera por donde fuera veía grupos de mozas vestidas de esa guisa. Resulto ser el día de la “graduación”del instituto. Un día de fiesta. Yo ya había visto unos días antes la graduación de la escuela maternal, pero lo curioso es que el uniforme de las mayores era el mismo!!! Incluso la misma talla a juzgar por el largo de las faldas!! Igual estaban reciclando el que habían usado 8 años antes o quizás es que lo corto triunfa realmente en Rusia.
Ese día también descubrí que lo del macro botellón no es patrimonio exclusivo de los españoles. Después de las ceremonias respectivas, todas las mozas y otros tantos mozos (de traje) se juntaron en el paseo marítimo y se dedicaron a beber al sol sentaditos en los bancos. Todo esta inventado.
Asi entre paseos y sorpresas llego el día de volverme para China. El último trayecto, para no romper la racha, también fue en tren. De todos los tramos este fue el más absurdo. Para recorrer 400km necesitamos 36 horas. El tren tuvo que parar a esperar otro convoy 8 horas, en la frontera rusa 6 horas, en la frontera china otras 6….. una pesadilla. En bici lo habría acabado antes! Y así, a paso de tortuga volví a mi querida China donde estoy ahora, un mes después, a puntito de salir de viaje otra vez. Esta vez toca Laos. El visado lo recogí esta mañana y el tren sale dentro de 3 horas hacia Kunming en el Sur de China y de alli toca cruzar jungla hasta la frontera con Laos. Que ganas! Ya iré contando.


Transiberiando

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Fecha - 17 mayo 2006

Tras de dos semanas de agradable vida semi vegetetiva en Lesososibirsk llego la hora de empezar la vuelta. La idea era parar en los sitios que nos habíamos saltado a la ida: Irkustk y el lago Baikal. Después de repetir a la inversa la gymkhana de 24 horas de buses y trenes llegamos a Irkutsk, el Paris de Siberia. Por que se empeñan en hacer eses tipo de analogías acomplejadas! "los Alpes de América" " El Paris de Siberia" … la mejor sin duda es Suzhou, La "Venecia China". Se nota que el que la rebautizo no habia puesto los pies en Venecia Había salido un día soleado y caluroso. Habíamos pasado de invierno a los 25 grados en unas horas. La gente iba en manga corta por la calle con una sonrisa en la cara. En vista del solazo y por miedo a que volviese a cambiar decidimos dedicar el primer día al lago, que esta a 60 km de la ciudad. Tras varios intentos de regateo frustrados acabamos por aceptar que esto no era China y que los taxis cuestan caros. Al final encontramos uno bien majo que debía tener tantas ganas como nosotros de ir al lago y llegamos a un acuerdo razonable. Con un coche para nosotros, sin las miserias de pasear las mochilotas, una buena emisora de música, las ventanillas abiertas…. parecía que íbamos de playa. Después de los iceberg era casi un milagro. Los alrededores del Baikal son montañosos. No habíamos visto montanas en todo el tiempo y el ir subiendo y bajando la carretera ondulada rodeada de bosques era una novedad. El lago es el MAS en muchas cosas: el mas profundo, la mayor reserva de agua dulce, el mas limpio…. Llegamos a Litsvianka, un pueblecin de pescadores de casas de madera en la orilla del lago. Esta en el punto donde empieza el rió Angara, el único que escapa de Baikal. A pesar de lo enorme que es el lago apenas hay unos cuantos pueblitos de ese tamaño en todas las orillas. Una buena razón para que el agua siga siendo ultra pura y alucinantemente transparente.
Nada mas llegar el taxista paro en el borde, se lavo la cara (una tradición, decía, la verdad es que olía a cerveza) y se pego unos tragos. Salud!
Litsvianka vive de la pesca y de los turistas. Siendo temporada baja no nos costo encontrar una habitación en una casa .Dejamos los trastos, nos informamos de donde escalar en busca de vistas y donde mojarnos los pies y nos fuimos a disfrutar del sol. Desde la orilla se ve la orilla opuesta, a 60 km, con una hilera de montanas nevadas. El agua es tan transparente que dan ganas de saltar. Las ganas se calman a la vista de los iceberg que todavía flotaban aquí y allá. Habíamos recorrido la mitad de las escasas casas del pueblo cuando de repente vimos que una ventisca se acercaba rápido y BAMM! Nos trago la ola de un huracán. De repente toda la arena de la calle estaba volando a 100km por hora, los materiales de construcción de una obra empezaron a volar peligrosamente, las sillas de una terraza saltaban al lago. La gente corría. Un caos. Nos escondimos detrás de un coche, pero cuando vimos que no era una ráfaga, sino una tempestad en toda regla, nos metimos en un bar del puerto. La cosa no tenia visos de parar y no paro. Ahí acabo el disfrute del lago, después de 5 minutos. Con el viento volvió el frió. En una expedición heroica fuera del bar conseguimos comprar pan y Omul ahumado, un pescado delicioso (y eso que yo soy mas bien de carnes) que solo vive en las aguas ultralimpias de Baikal. El omul, la cerveza y el show de objetos volando que veíamos por la ventana fue el resto del disfrute del día.
Cuando se estaba empezando a hacer de noche hicimos una retirada táctica. Llegamos a casa corriendo soñando con una ducha caliente pero la tormenta había cortado el suministro y tuvimos que calentarnos con fuego y hacer una ducha de barreño a la luz de las linternas.
Nos despertamos a las 7 al día siguiente con la esperanza de una mañana soleada antes de volver a Irkustk. Salio el Sol, pero el viento no había parado y hacia un frió de pelotas. Por mucho cielo azul que hubiese pasearse contra el huracán helado tenia poco de divertido. Asi, habiendo visto poco y disfrutado menos el lago, nos volvimos a Irkustk.
Teníamos la esperanza de que el tiempo se suavizase al alejarnos del lago, pero tampoco. Nada mas bajar del minibús arranco una tempestad de nieve. Era el mismo sitio donde 24 horas antes la gente iba en manga corta!!! Encontramos un albergue para mi (Katia volaba a Pekin esa noche) y nos fuimos a explorar Irkustk con mas moral que el Alcoyano. Irkutsk no es Paris ni se le parece, pero eso no significa que no sea una ciudad muy bonita. Queda un centro histórico con un montón de casas señoriales de madera con ventanas de madera esculpida y grandes entradas. Desde la revolución esas casas han sido colectivizadas y repartidas a varias familias. Aunque muchas se caen a cachos siguen teniendo su encanto de otros tiempos. En 1825 hubo en Rusia una primera "revolución" frustrada de aristócratas y burgueses contra los zares. A los que tomaron parte (duques, príncipes, y aristocracia variada), en vez de ejecutarlos, los mandaron sin billete de vuelta a sitios como Irkutsk. Siberia debía ser por entonces algo así como el salvaje oeste americano: recién abierto, a medio de colonizar, poblado por buscadores de oro, cazadores de pieles y demás gentes de formas rusticas. Esa "deportación" explica que sitios tan lejanos, en medio de la nada, como Irkutsk acabaran siendo elegantes y civilizadas ciudades. En fin, basta de rollos históricos. Ahora etnología. Rusia es un país con una variedad étnica alucinante. En los tiempos de la URSS uzbecos, armenios o ucranianos eran todos ciudadanos de un mismo "país" y se movieron por todo el territorio. Las deportaciones forzadas de Estalin también debieron ayudar a la mezcla étnica. En sitios tan remotos como Lesosibirsk, lejos de ser una capital, es fácil encontrar, coreanos, mongoles, azerbaijanos.... todos son rusos, pero todos tienen tradiciones, cocina, apariencia, y a veces idiomas, diferentes. Una buena muestra de eso es el mercado de Irkutsk. Hay hileras de coreanas vendiendo algas y vinagretas extrañas, una hilera de mongolas vendiendo lácteos caseros, una hilera de gitanas vendiendo verduras y mas allá gente con pinta de turcos, que deben ser del Caucaso, vendiendo frutas.
Después de ese día de turismo gélido llegaba la hora de quedarme solo. Buah! Llevaba mas de dos semanas sin tener que ocuparme de interactuar con el entorno. Con el acolchado traductor y explicativo de Katia era un mochilero de lujo. Esa noche, de repente y sin aprendizaje gradual me encontré , plof, en medio de Siberia teniendo que sacarme las castañas del fuego. No es que no lo haya hecho muchas veces antes, pero aprendiendo paso a paso. Aterrizas en una capital , aprendes unas palabra, te buscas la vida, compras billetes, pides comida en un restaurante, te vas a sitios mas pequeños y vas cogiendo un rodaje del pais. Esta vez no. De golpe y porrazo me di cuenta de que no habia practicado nada. Pero bueno, de eso no se muere nadie, de hecho aquí estoy en Ulan Ude, al otro lado de Baikal y a punto de coger un tren de 3 días para llegar a Vladivostok, ultima parada en Rusia. Las batallitas de Ulan Ude y del transiberiano ya las cuento en el próximo.